LOS OVNI Y LA VIRGEN

 

Juan Jorge Faundes Merino

(Anticipo de libro en preparación; dos secciones del capítulo III)
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ANCHIMALLÉN O "LA VIRGEN DEL BOLDO"

En la memoria cultural de indígenas chilenos —como el pueblo mapuche— también están presentes ángeles/mensajeros y mujeres/diosas en conceptos como el perimontún y el anchimallén.

El perimontún es “una visión en que aparecen personas o animales que entregan mensajes que estimulan la celebración de un nguillatún[1]. También anuncian malos presagios”. (Catrileo, 1995, pág. 213). Nótese la analogía funcional con los «ángeles» etimológicamente «mensajeros».

En ese mismo contexto, el anchimallén es un “duende pequeño que brilla en la noche”. (Catrileo, 1995, pág. 229). Augusta lo describe como “duende que aparece en figura de un pigmeo” (Augusta, 1989, pág. 8) y la antropóloga Sonia Montecino describe al anchimallén como “la doncella luminosa”. (Montecino, 1996, pág. 79). Por su parte, citando a Oreste Plath en su Geografía del mito y leyenda chilenos (1973), Montecino dice: “El anchimallén dentro de la cosmovisión mapuche representa a una mujer en forma de fuego, llama o con luminosidad fugaz. Puede ser una protectora que revela lo adverso, precaviéndolo y también puede señalar lo próspero” y agrega que, para Tomás Guevara, en su Historia de Chile, Chile Precolombino, Tomo II (1927) la expresión anchimallén designaría a la «mujer del sol» ...” (Montecino, 1996, pág. 79).

Una leyenda narra un hecho ocurrido a fines del siglo XVI en que una mujer luminosa desciende y paraliza en 1599 un ataque mapuche a la ciudad de Concepción, aparición que ha quedado consagrada como “la Virgen del Boldo”. Reinaldo Muñoz (1922) citado por Sonia Montecino, relata: “Una joven hermosísima rodeada de una luz extraordinaria, se posó sobre las ramas de un corpulento boldo que estaba en la Ermita, y desde allí hacía ademán de estorbar la entrada de los indios en el recinto militar. A pesar de ser joven y bellísima, había sin embargo en su rostro tal aspecto de cólera y enojo, que los asaltantes se sintieron sobrecogidos de temor y paralizaron por momentos el ataque…” (Montecino, 1996, pág. 79). Ante la insistencia de la mujer, que sin duda para los guerreros mapuches era Anchimallén —la doncella luminosa, la mujer del Sol, advirtiéndoles que no continuaran el ataque—, cesaron el avance retirándose. Para los españoles, que habían orado pidiendo la protección de la Virgen María, se trataba de una milagrosa aparición de la Virgen, y como apareció sobre un boldo, fue bautizada la Virgen del Boldo. Al margen de ambas interpretaciones culturales, el hecho es el de una mujer reluciente que desciende de una luz extraordinaria posada sobre un boldo.

LA "VIRGEN" DE BOROA

Una de las investigaciones en terreno del GIE[2], en abril de 1977, fue la de una supuesta aparición de la virgen en la Misión Boroa cuando monjas y alumnas de la escuela de la Misión Boroa, localizada a unos 30 kilómetros al SW de Temuco, algo más de 700 kilómetros al sur de Santiago, en la comuna de Nueva Imperial, por el camino Imperial/Quepe, kilómetro 15, observan un fenómeno al que describen como «aparición de la Virgen». Aquel 1977 fue un año marcado en Chile por este fenómeno. Precisamente, en ese mismo mes de abril el cabo de Ejército Armando Valdés Garrido había sido supuestamente abducido por un OVNI, en Putre.

Al enterarnos por la prensa local de que la virgen se había aparecido a un grupo de religiosas y alumnas, nos trasladamos al lugar y entrevistamos a las testigos, que resultaron ser prácticamente todas las monjas y alumnas internas que estaban en una especie de salón grande que daba al jardín, separado por un gran ventanal.

 

La escuela de la Misión Boroa, a unos 30 kms. de Temuco (Google Maps)

 La escuela de la Misión Boroa estaba a cargo de las religiosas de la congregación Hermanas Misioneras Catequistas de Boroa, fundada en 1928.

Según el relato vieron una esfera brillante en el cielo que descendió y se posó sobre un árbol. De la esfera salió un cono de luz dónde apareció la Virgen que a su vez estaba posada en una esfera más pequeña, de un tamaño poco más grande al de un balón de fútbol.

Las monjas y las niñas miraban la aparición desde el ventanal y caían de rodillas, oraban, gritaban, en una suerte de arrebato místico. En un momento, la esfera que estaba a los pies de la Virgen baja al suelo y rueda, o se desliza, hacia el ventanal, como observándolas, y regresa hacia la Virgen que luego desaparece en la esfera mayor que se va hacia el cielo tal como llegó.

La única evidencia de que algo físico había ocurrido es que la esfera pequeña dejó una huella de vegetales aplastados y calcinados en su recorrido hacia y desde el ventanal.

Con las religiosas recorrimos el jardín, llegamos al pie del árbol de la aparición. El fondo era muy parecido al que se observa en una fotografía actual publicada en un sitio web de la Iglesia Católica con una reseña de la misión Boroa y su escuela. Ahora, al fondo, hay una gruta con una imagen de la virgen. No recuerdo haberla visto en aquella visita de 1977.

 Estaba claro para nosotros, entonces y ahora, que el fenómeno observado no era necesariamente «la Virgen», sino que se trataba de la interpretación desde la cultura o códigos de referencia del grupo de monjas y alumnas de la escuela de la Misión Boroa, operando mecanismos de reducción de incertidumbre de modo que el fenómeno fuera pertinente a sus creencias, o modelos mentales. Por lo tanto, había que objetivizar al máximo. Para ello, tomamos muestras de vegetales quemados, tierra y piedras y las llevamos al laboratorio de Física de la entonces sede regional de la Universidad de Chile, hoy Universidad de La Frontera (UFRO). El resultado del análisis fue que la muestra registraba radioactividad “en un nivel levemente mayor al normal”. De manera lamentable, nos conformamos con la expresión «levemente mayor al normal» y no preguntamos cuánto exactamente. Ni llevamos una muestra de otro lugar alejado del sendero para poder comparar. Éramos entonces demasiado amateurs a pesar de nuestras pretensiones. Ahora, gracias a la Internet, sé que los niveles de radioactividad en relación con la salud son los siguientes:^[3]

10.000. El 100% de las personas que la reciben muere en semanas.
6.000. Dosis de los trabajadores de Chernóbil que murieron en un mes.
5.000. Una sola dosis podría matar al 50% de las personas que se vean expuestas.
1.000. Una sola dosis podría causar vómitos, mareos, náuseas, pero no la muerte.
400. Radiación máxima que emitió la planta de Fukushima, por hora, el 16 de marzo de 2011.
350. Exposición a partir de la cual fueron recolocados los residentes de Chernóbil.
100. Límite de radiación recomendado cada cinco años para los trabajadores.
10. TAC de todo el cuerpo
9. Exposición que una tripulación del vuelo Nueva York-Tokio recibe en un año.
2. Radiación que recibimos anualmente de forma natural.
1,02. Radiación por hora detectada en Fukushima el 12 de marzo de 2011.
0,4. Mamografía.
0,1. Radiografía de pecho.
0,01. Radiografía dental.

A la luz de esta tabla, puedo suponer que «superior a lo normal» era en torno o sobre diez. Los hechos quedaron consignados en periódicos de la época y los reiteré en una entrevista que me realizó Diego Zúñiga (2003, pág. 35).

Según la teoría de la información (Escarpit, 1983), esta se genera cuando ante un suceso cualquiera y acerca del cual no tenemos un conocimiento previo (o sólo lo tenemos parcial) nos sorprendemos, inquietamos e inclusive atemorizamos. Entonces hacemos un esfuerzo de reducción de incertidumbre y buscamos una explicación desde lo que ya sabemos o creemos saber; es decir, desde nuestros modelos de situación y de contexto (Van Dijk, 2016). Más claro: desde nuestras creencias y conocimientos, y desde la cultura a la que pertenecemos. Un suceso es visto, y por lo tanto interpretado, desde determinados modelos de situación y de contexto; desde nuestras creencias y conocimientos, que es lo único a lo que podemos apelar.

Es posible que en el caso de las apariciones consideradas como «de la Virgen», u otras, ocurra algo semejante. En general, el suceso observado suele ser una esfera reluciente que viene del cielo, que se posa sobre un árbol o se detiene a mediana altura, y de la cual, a través de una proyección de luz desciende un ser de apariencia humana que, en algunos casos, se moviliza sobre una esfera más pequeña. Ello ha sido así, muy parecido, en otras apariciones de la Virgen a lo largo de los siglos, desde el año 40 después de Cristo, según un registro cronológico^[4]. En el caso del profeta Ezequiel, que no vio a la Virgen sino a «una figura de aspecto semejante a un hombre» (Ezequiel 1, 1.26), este dice: «Miraba yo y veía un viento huracanado de la parte del norte, una gran nube con resplandores en torno, un fuego que despedía relámpagos, y en su centro como el fulgor del electro^[5], en el centro del fuego.» (Ezequiel 1, 1.4). Y agrega: «Desde lo que parecían sus caderas para arriba vi que era como un bronce resplandeciente (…) para abajo vi también algo así como un fuego, refulgente en torno, semejante al arco iris (…) y oí una voz que hablaba.» (Ezequiel 1, 1.27-28). ¿Desde dónde se puede observar y con qué conclusiones o interpretaciones?

Desde la cultura católica. - En un nivel de religiosidad popular ya conocemos la interpretación, se trata de «la Virgen». Posteriores investigaciones de la Iglesia oficial han verificado varios de estos casos en el sentido de que no se trató de alucinaciones, sino que, objetivamente, «algo ocurrió». Los testigos relatan que fue la Virgen. En la cronología consultada, se consignan 45 apariciones y de ellas 36 «que tienen algún grado de reconocimiento eclesiástico», seis aún no aprobadas y tres condenadas.

Desde la cultura bíblica del Antiguo Testamento. - Hace más de 2.500 años, el profeta Ezequiel se encontró, física y de manera reiterada a lo largo de veinte años, con «la gloria de Yahvé», fue transportado en ella y hasta dialogó y describió a sus tripulantes.

Desde la cultura popular occidental contemporánea. - Se trata sin duda alguna de «extraterrestres».

Referencias

 

Augusta, F. F. (1989). Diccionario Mapuche-Español. Santiago de Chile: Seneca.

Catrileo, M. (1995). Diccionario Linguístico-Etnográfico de la Lengua Mapuche. Santiago de Chile: Editorial Andrés Bello.

Escarpit, R. (1983). Teoría de la Información y Práctica Política. (M. Lara, Trad.) México: Fondo de Cultura Económica.

Montecino, S. (1996). Madres y huachos. Santiago de Chile: Sudamericana.

Van Dijk, T. A. (2016). Análisis Crítico del Discurso. Revista Austral de Ciencias Sociales(30), 203-222. Obtenido de http://mingaonline.uach.cl/pdf/racs/n30/art10.pdf

Zúñiga, D. (noviembre de 2003). JJ Faundes habla de todo con La Nave, hasta de OVNIS. (D. Zúñiga, Ed.) La Nave de los Locos, Año 4(25), 34-39. Obtenido de https://issuu.com/diegoazuniga/docs/la_nave_de_los_locos_25

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Obras del autor:

21 -El Círculo del Jabalí de Fuego (Santiago, El Retorno a Itaca-Amazon, 2017. Novela)

20 -Allende, crónica de una tragedia anunciada (Santiago, Ocean Sur, 2014. Compilador. Antología).

19 -Poesía revolucionaria chilena (Santiago, Ocean Sur, 2014. Compilador. Antología).

18 -La Conspiración contra Allende: cómo derrocar a un gobierno de izquierda (Santiago, Ocean Sur, 2014. Compilador. Antología)

17 -Nvtuyiñ Taiñ Mapu, Recuperamos nuestra tierra (Temuco, Ediciones Universidad Católica de Temuco [UCT], Fundación Instituto Indígena [FII], UNESCO, 2011. Investigación histórica).

16 – El Rol de los Medios de Comunicación Social y la Transparencia en Asuntos de Interés Público, Santiago de Chile, FORJA. 1998. Coautor.

15 - “Retos que el periodismo plantea a su investigación y enseñanza en las universidades”, en Alicia Entel (compiladora), Periodistas, entre el protagonismo y el riesgo, Buenos Aires, México, Barcelona, Paidos).1997. Autor.

14 – Periodismo, Mercado y Gobernabilidad (La Paz –Madrid, Asociación de Periodistas Europeos (APE) y Centro Iberoamericano de Comunicación y Estudios Sociales (CICES) 1997). Coautor.

13 -Periodismo de Investigación en Sudamérica, obstáculos y propuestas (Santiago de Chile, TILAC, Chile Transparente, FORJA, 2002. Informe de investigación en 6 países: Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Perú, Uruguay).

12 -Vientos de Silencio (algo más que mosto y música en La Frontera) (Santiago, Planeta, 1999. Novela histórica).

11 -Diego Portales, dossier de un Estadista (Santiago, Zig-Zag, 1994. Novela histórica).

10 -Diego de Almagro, el Adelantado del Sur (Santiago, Zig-Zag, 1994. Novela histórica).

9 -Pedro de Valdivia, fundador del Nuevo Extremo (Santiago, Zig-Zag, 1993. Novela histórica).

8 - Bernardo O’Higgins, el honor y la gloria (Santiago, Zig-Zag, 1993. Novela histórica).

7 -Cardoen, ¿Industrial o traficante? (Buenos Aires, Ediciones B, 1991. Reportaje de investigación).

6 -El arsenal sudamericano de Saddam Hussein (Buenos Aires, Ediciones B, 1991, coautor con Rogelio García Lupo y Newton Carlos. Reportaje de investigación.).

5 -Colo-Colo, el equipo que ha sabido ser campeón (Santiago, Zig-Zag, 1991, dos volúmenes. Reportaje histórico).

4 -Melquisedec, una misa pagana (Santiago, 1986. Poemario).

3 -El Apocalipsis de Chile (Temuco, 1983. Poemario).

2 -Temuco Hoy, 1981 (libro del centenario de la ciudad, Temuco, 1981).

1 -Uds. Nunca Sabrán (Santiago, Ed. del Pacífico, 1977. Investigación ufología)

 

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[1] Nguillatún. – Rogativa. Ceremonia de petición a Ngünechen (hacedor del mundo y protector de la familia mapuche). Etimológicamente proviene de Ngüne, que significa a la vez voluntad, raíz, origen y protector; y Chen, que significa hombre, personas o gente en general. Cfr: http://revistahistoria.uc.cl/index.php/rhis/article/view/10902).

[2] El GIE era un grupo de investigación de OVNIS y fenómenos paranormales. Sus miembros éramos un grupo de personas entusiastas, entre ellos quien escribe, periodista, una profesora de historia y geografía, un odontólogo, un constructor civil, un taxista, y contábamos entre otros con la colaboración de un psiquiatra y de algunos estudiantes universitarios.

 [3]http://www.abc.es/20110317/sociedad/abci-niveles-radiacion-soportables-201103171029.html

[4] Cfr. http://www.corazones.org/maria/apariciones_aprobadas.htm

[5] Electro: mezcla de oro y plata; metal muy precioso para los antiguos (Nota de la Biblia para el pueblo de Dios de América Latina, Ediciones Paulinas).